¿Cuándo es necesario cambiar el líquido de frenos?
El líquido de frenos es esencial para la seguridad de tu vehículo. Es el encargado de transmitir la fuerza que ejerces sobre el pedal a las ruedas, permitiéndote frenar con eficacia. Pero, como cualquier otro fluido, con el tiempo se deteriora, perdiendo sus propiedades y poniendo en riesgo tu seguridad.
Señales que indican que es hora de un cambio
Presta atención a estas señales, podrían indicarte que es hora de cambiar el líquido de frenos:
- Pedal de freno esponjoso o blando: Si al pisar el freno sientes que el pedal está más blando de lo habitual o que se hunda demasiado, podría ser una señal de que el líquido de frenos ha absorbido humedad.
- Distancia de frenado mayor: Si notas que necesitas más distancia para detener el coche, el líquido de frenos podría estar deteriorado.
- Vibraciones al frenar: Las vibraciones en el pedal o en el volante al frenar pueden indicar un problema con el líquido de frenos o con otros componentes del sistema de frenado.
- Luz de advertencia del freno: Si se enciende la luz de advertencia del freno en el salpicadero, acude a un taller lo antes posible. Podría ser un problema con el líquido de frenos, las pastillas de freno u otros componentes del sistema.
Frecuencia recomendada para el cambio del líquido
La recomendación general es cambiar el líquido de frenos cada dos años o cada 50.000 km, lo que ocurra primero. Sin embargo, consulta el manual de tu vehículo para conocer la recomendación específica del fabricante.
Cómo cambiar el líquido de frenos
Si te sientes con ganas de hacerlo tú mismo, aquí te explicamos cómo cambiar el líquido de frenos. Recuerda, si no estás seguro, lo mejor es acudir a un profesional.
Materiales y herramientas necesarias
- Líquido de frenos nuevo: Asegúrate de utilizar el tipo de líquido recomendado por el fabricante de tu vehículo.
- Llave de ruedas: Para retirar las ruedas y acceder a los purgadores.
- Gato (opcional): Para levantar el coche si fuese necesario.
- Recipiente: Para recoger el líquido viejo.
- Tubo transparente: Para purgar el sistema.
- Guantes: Para proteger tus manos.
Paso 1: Localizar el depósito de líquido de frenos
Antes de empezar, ¡seguridad ante todo! Asegúrate de que el motor esté frío y el coche esté estacionado en una superficie nivelada. Localiza el depósito de líquido de frenos, normalmente en el compartimento del motor, cerca del servofreno. Suele ser un depósito transparente o semitransparente con una tapa que indica "DOT" y un número. Si tienes dudas, consulta el manual de tu vehículo, ¡es tu mejor aliado!
Paso 2: Drenar el líquido viejo
Con el motor apagado y las herramientas adecuadas (llave, tubo transparente, recipiente), localiza los tornillos de purga en las pinzas de freno (consulta el manual). Abre el tornillo de purga correspondiente a la rueda más alejada del depósito y coloca el tubo para drenar el líquido viejo en el recipiente. ¡Importante! El líquido de frenos es corrosivo, así que usa guantes y protege la pintura del coche. Una vez drenado, cierra el tornillo. Repite este proceso en las demás ruedas, siguiendo el orden indicado en el manual.
Paso 3: Rellenar con líquido nuevo y purgar el sistema
Rellena el depósito con líquido de frenos nuevo, del tipo recomendado por el fabricante (DOT y número correcto). No lo llenes hasta el borde, deja un pequeño espacio. Ahora, para purgar el sistema (eliminar el aire), necesitarás la ayuda de otra persona. Mientras una persona presiona el pedal de freno varias veces y lo mantiene presionado, la otra abre el tornillo de purga de una de las ruedas (empezando por la más alejada del depósito, como en el paso 2) para que salga el líquido con burbujas de aire. Cierra el tornillo antes de que la persona que presiona el pedal lo suelte. Repite este proceso en todas las ruedas, siguiendo el orden del manual y rellenando el depósito si es necesario. Una vez terminado, verifica la firmeza del pedal de freno. Si el pedal sigue estando blando o esponjoso, puede que quede aire en el sistema. En ese caso, repite el proceso de purgado o acude a un profesional.
¡Importante! El líquido de frenos usado es tóxico, no lo tires por el desagüe. Llévalo a un punto limpio o a un taller para su correcta gestión. Si no te sientes seguro realizando este proceso, lo mejor es que acudas a un taller especializado. Recuerda, unos frenos en buen estado son esenciales para tu seguridad.
Consejos para un mantenimiento adecuado del sistema de frenos
Un buen mantenimiento del sistema de frenos es esencial para tu seguridad.
Comprobaciones regulares que debes realizar
Para mantener bien el sistema de frenos de tu vehículo debes, principalmente, revisar:
- Nivel del líquido de frenos: Revísalo periódicamente y rellena si es necesario.
- Estado de las pastillas y discos de freno: Comprueba su desgaste y sustitúyelos si es necesario.
Cómo elegir el líquido de frenos adecuado
Elegir el líquido de frenos correcto es esencial para tu seguridad. Imagina que utilizas el aceite incorrecto en tu motor... ¡puede causar problemas! Con el líquido de frenos pasa lo mismo. Usa siempre el tipo recomendado por el fabricante, lo encontrarás en el manual de tu vehículo o en la tapa del depósito. Verás unas siglas "DOT" seguidas de un número (DOT 3, DOT 4, DOT 5.1). Este número indica el punto de ebullición del líquido, es decir, la temperatura a la que empieza a hervir. Un punto de ebullición más alto significa mayor resistencia al calor, algo crucial para un frenado seguro. Usar un líquido con un DOT inferior al recomendado puede ser peligroso, ya que podría hervir con el uso intensivo de los frenos, reduciendo su eficacia. ¡No te la juegues! Consulta el manual y elige el líquido correcto.
Preguntas frecuentes sobre el líquido de frenos
Las dudas más frecuentes con las que nos solemos topar cuando hablamos de líquidos de frenos son las siguientes:
¿Es complicado cambiar el líquido de frenos?
Si tienes conocimientos de mecánica, puedes seguir los pasos que hemos explicado y encargarte tú mismo. Pero si no te sientes seguro o crees que la tarea supera tus habilidades, lo mejor es dejarlo en manos de un profesional. Ellos tienen la formación y la experiencia necesarias para hacerlo de manera segura y eficaz.
¿Qué sucede si no se cambia el líquido de frenos a tiempo?
Un líquido de frenos deteriorado puede, entre otras cosas, reducir la eficacia del frenado, aumentando el riesgo de accidente.