Las características más importantes a la hora de elegir una grasa, además de su consistencia, es la viscosidad del aceite base, el espesante, y su ámbito de aplicación.
En función de las velocidades de la aplicación, se empleará una grasa con una viscosidad de aceite base determinada. Con bajas viscosidades se tiene una mejor transferencia de calor y buenos comportamientos a bajas temperaturas, mientras que con altas viscosidades se obtiene una mejor adherencia y resistencia al agua.
El rango de temperaturas de aplicación viene dado por el punto de gota, donde la grasa se permeabiliza y comienza a sufrir pérdidas del aceite base para terminar fugando de la matriz. La resistencia a condiciones ambientales adversas, dada también por el ámbito de aplicación, las confieren los aditivos que se añaden a la mezcla que forma la grasa, para fines anti corrosión, extrema presión, resistencia al agua o biodegradabilidad, entre otros.